Una acuarela, para pintar está primavera
Pasó la Mar del Cup, para los pibes y pibas de talento.
Y nos deja la pasión, la enseñanza, la palabra, el misterio de volver a encontrarnos en el amor. El más puro, el más querible, el del Héroe Colectivo, hermano de la Luzbelita. Otra vez fuimos el único representante de liga barrial, que volvió a disputar la final de copa de oro de este torneo, que para nosotrxs es zarpado en bello. Y no quizás tanto por esos partidazos, que encima quedan y son abrumadores, porque de todas las canchas se escucha un grito de gol que estremece, sino por la convivencia. Por ver a las mamás y los papás del club, con la piel bien roja, no sólo por el sol u reflejo de la camiseta más linda de todas, sino por la emoción, por compartir, por convivir, en un acampe tan lindo, que nos gustaría que en parte no terminará nunca.
Los y las pibas volvieron acertar y a equivocarse como lo hacen siempre, porque para eso están en el club. Para errar, y del error aprender.
Un orgullo de la calidad de profes que tenemos que la militan desde el corazón.
De los jugadores y jugadoras por defender al héroe colectivo a capa y espada.
Y la Guardia Roja, la hinchada de Talento, que copo el predio de Banco Provincia, el jueves, el viernes y ese inolvidable sábado que quedará para siempre en el corazón de todos y todas las que hacemos este hermoso club. Nuestro club.
